Una de las salidas de emergencia para nuestra economía mencionadas por gran cantidad de economistas es el sector exterior, hecho que comparto pero con prescribir esta receta no es suficiente sino que creo que debemos ir un poco más allá y analizar exactamente cual es el problema que vivimos.
Para ello la mejor herramienta que conozco es la balanza de pagos, pudiendo contestar a cuestiones como si tiene superávit o déficit comercial, si necesita flujos de capital para financiarse o al contrario está en posición acreedora con otros países, ect……
Para aproximarnos al problema exterior de España o de cualquier país lo primero que tenemos que saber es si nuestra economía necesita dinero ajeno para funcionar o al contrario financiamos a otros países. Para aclarar esto nada mejor que este gráfico
El gráfico a parte de ser aterrador, es muy exclarecedor y contundenete nuestra economía necesita capital exterior para financiar su crecimiento, y no es la única conclusión que podemos obtener de este gráfico sino que encima no se trata de un problema de los últimos 10 años, durante los cuales eso sí ha tomado un cariz insostenible, sino que es un problema que sufrimos desde los últimos 50 años, desde la aplicación del Plan de Estabilización de la Dictadura.
Desde la óptica de la cuenta corriente de la balanza de pagos, el principal responsable es el déficit comercial, que en la última década no ha podido ser compensado por el superávit de servicios y que se ha visto agravado por el deterioro de los pagos por rentas de inversión y el cambio de signo de las transferencias corrientes. La persistencia histórica de los números rojos en el saldo de importaciones y exportaciones de bienes lleva a sospechar un problema de competitividad exterior, que se refuerza al comparar el nivel y la evolución de la productividad frente a otros competidores y al verificar la tendencia de los costes internos españoles a crecer por encima de los de la mayor parte del resto de socios comerciales. Pero aquí el gran protagonista durante el último boom de nuestra economía ha sido el deterioro de la balanza comercial que se ha más que doblado en tan solo 4 años desde 2.004 hasta 2.008.
Sin embargo, cuando se contempla la cuota de las exportaciones españolas de bienes en el mercado mundial, se advierte un ligero retroceso en los últimos años, pero este resultado no es peor que el sufrido por el resto de la Unión Europea, por lo que este pequeño retroceso se debe al comercio intracomunitario, presumiblemente a causa de la competencia de las economías de la Europa central y oriental tras su integración a la Unión Europea. En cambio, la cuota en países terceros, si bien es muy baja, se mantiene estable. Por tanto, una parte importante del desequilibrio frente al exterior hay que atribuirlo directamente al fuerte tirón de la demanda interna, que en el último ciclo expansivo experimentó una subida extraordinaria.
Otros de los protagonistas aunque de menor grado ha sido la Balanza de Rentas, que registra los cobros y pagos derivados de las inversiones en capital y trabajo tanto de residentes en el extranjero como al contrario, que se ha visto claramente deteriorada desde 2.004 pero no es una causa en sí misma sino una consecuencia del creciente endeudamiento exterior que ha pasado en 1.999 de representar un 159 % del PIB a casi el doble un 280 % , que provoca que cada vez se tenga que pagar más intereses que son los que han marcado el deterioro de esta partida.
Y por si fuera poco uno de los pocos componente de la Balanza por Cuenta Corriente que tradicionalmente ha tenido un saldo positivo la Balanza de Transferencias, ha pasado a tener un signo negativo desde 2.005 alcanzando un déficit de unos 11.000 Millones de Euros, causado por el fuerte flujo de inmigración durante los últimos años que ha llevado a en el periodo 2.000-2.008 hayan entrado en España más de 3,5 Millones de extranjeros que envian a sus países de origen parte de las rentas ganadas en España.
Estas necesidades de financiación vienen reflejadas por el saldo de la Balanza por Cuenta Corriente que en el caso de España ha alcanzado un pico en 2.008 de algo más de 100.000 Millones de Euros y que actualmente es de unos 45.000 Millones de Euros, esto mirado de otra óptica es la diferencia entre la Inversión y el Ahorro Nacional, viéndolo así, como se comprueba en el gráfico siguiente, la responsabilidad de la desviación corresponde casi exclusivamente a la inversión. En los últimos años, hasta el inicio de la crisis, el ahorro nacional se ha mantenido cerca de la media histórica, un 22% del PIB, mientras que la inversión ha sobrepasado todos los años la media histórica del 25% del PIB, llegando a superar el 30% del PIB en dos años.
Por lo tanto hasta aquí no parece tan grave ya que el endeudamiento ha sido destino a invertir el problema es que el destino de todo ese dinero que se ha tomado prestado en los mercados exteriores ha ido destino a inversiones poco productivas, ya que viendo la evolución de la productividad no tiene correlación con el fuerte proceso inversor que nos debería haber ayudado a mejorar nuestra productividad y a tener capacidad para el repago futuro de la deuda, pero gran parte de esos flujos financieros que han llegado de forma excesivamente fácil y a unos tipos de interés muy bajos a nuestra economía fruto de la incorporación a la Unión Monetaria en 1.999 , han sido invertidos en el sector inmobiliario.
Os dejo de momento con el fin de que reflexionemos y sopesemos toda esta información, aunque prometo escribir un siguiente post donde analizaremos la naturaleza del problema que tenemos aunque como podemos ver el panorama no parece muy alentador.