Ante la deblace que estamos viviendo en la economía de los distintos países europeos, la verdad es que me llama poderosamente la atención la falta de reflejos de la clase política que están viendo como se les está desmoronando el tejido empresarial y ni se inmutan, se debaten entre planes de gastos muy corto placistas y ahorro con ajustes presupuestarios dacronianos y posibles subidas de impuestos para terminar de rematar la faena.
Pero a ninguno se le ocurre poner el remedio donde realmente estamos haciendo agua, que no es otro sitio que en el tejido empresarial, que ha crecido quizás de forma desetructurada y desorganizada debido a este gran desequilibrio monetario que hemos vivido especialmente durante los últimos quince años, y que una vez que ha explotado ha dejado con las vergüenzas al aire de no pocos negocios, pero en este universo de empresas desaparecidas también hay muchas con estructuras productivas perfectamente organizadas y modelos de negocio totalmente sostenibles y que debido a este problema de crédito se han visto asfixiadas y abocadas a la desaparición.
Hoy en día precisamente que nos encontramos en la cuerda floja del default de algún Estado como Grecia y sobre todo con el riesgo de contagio a otros países de mayor peso como Italia o España nuestros gobernantes navegan en el mayor de los desconciertos pero no solo en nuestra patria donde todo se va a solucionar con un Impuesto sobre el Patrimonio que no va a recaudar 700 Millones de Euros a cambio de generar una distorsión e injusticia fiscal no propia de los tiempos que corren; pero es que en Alemania Merkel dice que Grecia va a cumplir y no hay ningún problema mientras los mercados exigen a los bonos Griegos a 1 año un interés del 126 %.
La verdad es que esta crisis le viene grande a nuestros políticos, pero el problema es que los datos existentes son dramáticos ya que han desaparecido más de 450.000 empresas durante este crisis , pero aquí no pasa absolutamente nada ni nadie tiene ningún tipo de responsabilidad cuando muchas de ellas podrían haber continuado si hubieran tenido liquidez suficiente proporcionada por las entidades financieras o por las Administraciones Públicas que lejos de aprovechar estos 15 años de bonanza para ahorrar o al menos pagar las deudas antiguas, a lo que se han dedicado es a aumentar y aumentar el saldo de deudas con proveedores que ahora se convierten en incobrables.
Por ello reclamo a través de este artículo algún mecanismo que proporcione liquidez a las empresas y/o entidades financieras con el fin de parar esta sangría empresarial que es el verdadero drama de este país ya que sin crecimiento del sector privado ni el paro tiene solución ni el déficit público tampoco. Lo peor de todo es que ya está todo inventado y solo es necesario tirar de la hemeroteca del siglo XXI para ver otras experiencias, y de ahí extraigo una experiencia aplicada en EEUU en el año 2.008 , el TARP (Trouble Asset Relief Program) que considero que es una de las decisiones más brillantes en materia económica-financiera de la Historia.
El TARP , fué un programa aprobado por el gobierno de Estados Unidos para comprar activos y acciones de instituciones financieras para fortalecer su sector financiero, y que fue firmado como ley por el presidente George W. Bush el 3 de octubre de 2008. Fue la medida más importante de todas las adoptadas por el gobierno en 2008 para hacer frente a la Crisis de las hipotecas subprime.
Originalmente se esperaba que costara al gobierno de EE.UU. unos $USD 356 mil millones, pero según las estimaciones más recientes el costo, al 30 de septiembre de 2010, se ha reducido a alrededor de $ 50 mil millones.Esta cifra es significativamente menor que el costo a los contribuyentes de la crisis de Ahorros y préstamos de finales de 1980. El costo de esa crisis ascendió hasta el 3,2% del PIB durante la era Reagan/Bush, mientras que el porcentaje del PIB del costo de la crisis actual se estima en menos del 1%. Estas líneas de financiación fueron abiertas también a empresas privadas en crisis como GM, AIG y Citigroup , y ha servido por un lado para evitar su desaparación y para que estas empresas se prepararan para comprar de vuelta la participación del Tesoro y salir del TARP . De los 245 mil millones dólares invertidos en bancos de EE.UU., más de 169 mil millones han sido pagados, incluyendo $ 13.7 mil millones de dólares en dividendos, intereses y otros ingresos, junto con $ 4 mil millones en ingresos en abril de 2010.
Con esto queda todo perfectamente explicado, con un programa bien diseñado ayuda para evitar la desaparación de empresas o para realizar su restructuración, con un coste mínimo para los contribuyentes y con el beneficio de mantener empleos, empresas y capacidad de contribuir fiscalmente via impuestos.
Los problemas con Grecia y sus vecinos implica pesadas cargas de la deuda en los países donde el crecimiento es lento, por lo que es casi imposible cumplir con los pagos de bonos. La crisis ha impulsado el temor de que el incumplimiento dará lugar a un efecto dominó que se extienda por todo el continente y en última instancia a los EE.UU. Por ello quizás es el momento de articular medios que permitan ayudar a las entidades financieras para que puedan seguir prestando y a las empresas para que no desaparezcan, ya que en muchas ocasiones necesitan fondos para realizar inversiones y rectructurar sus negocios y ante la falta de crédito se hace imposible y se ven abocadas a la desaparición.
La única objeción a un programa de estas características es el riesgo moral, de suministrar fondos públicos a entidades privadas con el riesgo de que se alimente el tipo de comportamiento que creó la crisis, pero creo que no queda otra viendo el desmoronamiento que se está produciendo del sector privado y en la economía .