La segunda parte del Quantitative Easing acabó el pasado viernes , suponiendo de que no vamos a tener una nueva versión de esta medida aprobada por los EEUU con el fin de facilitar financiación y dinero a la economía con el fin de reactivarla, creo que hay que tener en cuenta cuales han sido las consecuencias de la misma sobre diferentes variables entre otras la bolsa.
Os voy a pegar a continuación algunos gráficos en principio de una serie de variables económicas, para poder observar su comportamiento desde el comienzo de la QE2 hasta su fin el pasado viernes que creo que nos puede ayudar para poder medir qué es lo que se puede ver afectado si EEUU no decide continuar con este tipo de políticas.
En cuanto a las materias primas, desde luego el efecto ha sido totalmente alcista y como ejemplos os pego el gráfico del petroleo y el cobre que han experimentado en el periodo alzas entorno al 25 %.
Ahora pasamos página y nos centramos en algunas variables económicas de suma importancia, en concreto los tipos de interés y la inflación, donde vemos que la política adoptada por los EEUU ha provocado un incremento de las expectativas de inflación a 5-10 años de entorno al 7 % y el rendimiento de los bonos ha subido en consonancia con el anterior dato un 10 %.
Para lo último he dejado la Bolsa, aunque creo que viendo el comportamiento de las variables arriba mostradas nos podemos hacer una idea de cúal ha podido ser el impacto en los mercados de la QE2 sobre la bolsa, y como no podía ser de otra forma el SP500 se ha revalorizado un 19 % desde Mayo de 2.010.
Por lo tanto, ahora queda abierto el debate sobre la posibilidad de que implementen la QE3 que solo será necesario si los datos económicos no responde al estimulo proporcionado que de momento, ha logrado que la previsión de crecimiento para este año se ha hecho algo más pesimista, aunque la situación haya mejorado con respecto a la del comienzo del programa, puesto que el ritmo es superior al de noviembre y la tasa de paro inferior en medio punto. También ha aumentado la inflación, que entonces era ligeramente inferior al 1% y ahora es superior al doble, aunque se trate de una circunstancia que no todo el mundo valora de la misma forma. Bernanke, un estudioso de la Gran Depresión y defensor de las recetas monetarias para el tratamiento de los síntomas de deflación, no lo dudó hace un año y puso en marcha la operación, pero ahora se teme que el repunte de la inflación pudiera ser el reflejo de que la abundancia de liquidez esté facilitando la traslación del aumento de los precios de la energía al resto de los precios.
En cualquier caso nadie tiene la varita mágica para saber si tendremos más estimulo o no, pero en el caso de que no sea así por las limitaciones de endeudamiento público que están empezando a aparecer al otro lado del Atlántico y que la economía no reaccione de forma inmediata, está claro que podemos encontrarnos con una caída de ciertas materias primas, reducción de tipos de interés a largo plazo , relajación de las tensiones inflacionarias y caídas de la bolsa.