Uno de los mayores miedos en la actualidad sobre todo en Europa pues ya sabemos quien mandan los Alemanes que tienen bastante fresco el recuerdo de la hiperinflación durante la República de Weimar que provocó que su tan admirado Marco terminará en los lavabos de todas las poblaciones teutonas siendo menos valioso que el papel higiénico.
Sin embargo nadie se ha parado a pensar en que no es tanto el problema de la inflación en si como el juego de expectativas que lo es todo en la vida y en este último caso no iba a ser distinto. De hecho el economista jefe de UBS Larry Hatheway sugiere en una nota enviada a clientes que incluso una inflación de un 1.000 % es tolerable siempre y cuando no venga por sorpresa.
¿ Cuando una inflación del 1.000 % puede ser razonable ? De hecho uno de los costes asociados con la inflación como consecuencia del cambio de los precios es menor de lo que suponemos, ya que en los tiempos que nos encontramos ya no es tan necesario el cambio de etiquetas como ocurría antes gracias a alas nuevas tecnologías. Desde una posición un poco extrema uno puede pensar que una alta inflación tiene unas consecuencias bastante limitadas pero siempre y cuando esté descontado y sea estable. Desde luego, uno puede discutir diciendo que altos periodos de inflación llevan asociado periodos de alta volatilidad e incertidumbre ( y esto empíricamente es cierto), pero económicamente es realmente esa volatilidad e incertidumbre la causante de grandes daños sobre la economía y no la inflación.
El daño mayor que puede causar la inflación está provocada cuando es inesperada o impredecible. La inflación inesperada produce daños, porque los inversores que están invertidos en bonos a 10 años con una rentabilidad del 1 % van a llorar al ver una inflación de un 1.000 %. Desde luego, nadie voluntariamente compra un bono a 10 años con una rentabilidad de un 1 % si espera que la inflación se dispare. Y una de las reglas del inversor entra en juego; a los inversores les duele más perder dinero de lo que le gusta ganarlo, como resultado de episodios de inflación alta inesperada provocará una reacción adversa importante por parte de los consumidores.
La inflación impredecible es dañina porque provoca incertidumbre sobre el horizonte de vida de cualquier inversión y esta incertidumbre es un riesgo que hará que los inversores demanden una compensación vía mayores primas de riesgo. Lo que la incertidumbre provocada por la alta inflación hace es aumentar el coste del capital. Si pienso que la inflación será de un 3 % pero no estoy seguro si será del 3 %, 4 % o 6 % como inversor solicitaré una compensación por la inflación del 3 % pero también algo más por la posibilidad de que esta se dispare hasta el 6%. Esta compensación adicional se sumará al coste del capital en términos reales.