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Ronald Wayne o como dejar pasar en Apple 40.000 Mill $.

En esta ocasión os traigo una historia similar a la publicada el pasado viernes pero totalmente al contrario, y tiene mucho que ver con el señor mayor que aparece sentado en ese cómodo sofa, su nombre es Ronald Wayne para mí un desconocido hasta que comencé  la lectura de la biografia de Steve Jobs hace un par de meses donde en uno de los capítulos iniciales de la creación de Apple aparecía para sorpresa mía la figura de este señor como fundador de la empresa junto a Steve Jobs y Steve Wozniak.

Steve Jobs y Ronald Wayne se conocieron cuando trabajaron juntos en Atari, Jobs se quedó impresionado por la meticulosidad de Ronald para la documentación de componentes y control de stock, con el paso del tiempo se convirtió en una persona clave para la resolución de las habituales discrepancias entre Jobs y Wozniak, por lo que cuando decidió crear Apple le ofreción un 10 % de la compañia de tal forma que en situaciones de conflicto él se encargara de solucionarlo.

Wayne se encargó de redactar el primer contrato de Apple,  el manual de instrucciones del Apple I y no solo esto sino que dibujó el primer logotipo de Apple Computer. El dibujo, realizado con tinta india, mostraba una imagen de Isaac Newton leyendo un libro sentado debajo de un manzano. El nombre de la compañía, Apple Computer Co., aparecía en una especie de banda envolviendo el dibujo. En el marco que rodeaba la imagen se podía leer: Newton…”A mind forever voyaging through strange seas of thought… alone.” (Newton…una mente siempre viajando a través de los extraños mares del conocimiento… solo).

El logo diseñado por Ronald duró solamente un año gracias a Dios porque la verdad es que era más propio de una bebida alcohólica que de una empresa innovadora de informática , de hecho a Steve Jobs no le acababa de convencer. Según él, el logo era demasiado intelectual, demasiado complejo e imposible de reducir. Es por ello que en 1977 Jobs pidió a Rob Janoff el diseño de un nuevo logo.

Ronald Wayne siguió trabajando en Atari, porque no se fio mucho de la nueva empresa, a la cual renunció once días después de su fundación.Su duda probablemente se basaba en que él mismo, hacia 4 años, tuvo que cerrar su pequeña empresa de ingeniería “Siand” de Las Vegas. Cuando Jobs consiguió que Apple pudiera comprar los materiales necesarios a plazos y, por otra parte, entregar 50 computadoras a cuenta, Wayne temía que el comprador no pagaría a tiempo y los acreedores deApple le exigirían a él la cuenta. Así que pronto perdió la fe en ésta y vendió sus acciones por 800 dólares (también se ha hablado de sumas entre 250 y 900 dólares) tan sólo unas semanas después de que Apple empezara a fabricar sus primeros equipos informáticos.

 

 

Al bueno de Wayne le pudo el temor a lo desconocido y el pasado le pesó demasiado, hasta el punto que sin darse cuenta en ese momento en el que estaba tomando una decisión aparentemente intrascendente estaba renunciando a nada más y nada menos que a 50.000 Millones de dólares, que sería el valor de mercado actual de su participación en Apple. En la actualidad  vive retirado, como si nada pasara, como si nunca hubiera tenido en sus manos una participación multimillonaria de una empresa de éxito mundial. Vive la vida de un ingeniero retirado con una modesta pensión, en una vivienda valorada en 150.000 $ conduce un Chevrolet Malibu con 80.000 Millas en el cuentakilómetros e ironicamente jamás ha tenido un producto de Apple y tiene un pequeño comercio de sellos y monedas que se parece más a un hobby que a un comercio.

A pesar de esto nuestro protagonista, a diferencia de lo que seguramente otros harían, apechuga con su mala decisión como un caballero y no se dedica a ir llorando por las esquinas. Cuenta su historia con total tranquilidad y encima suelta cosas como que cree que cualquier cosa que tenga Jobs se la merece ya que ha luchado mucho para llegar a donde está

Para bien o para mal así es la vida, un conjunto de pequeños sucesos que conforme pasa el tiempo van adquiriendo sentido e importancia, en algunas ocasiones hasta unos niveles absolutamente inimaginables para cualquiera de nosotros pero lo que está claro es que ante la duda seguid el consejo de el Gran Jobs: “Stay Hungry. Stay Foolish”,  ¿ por qué ? A esta pregunta la voy a contestar con una frase acuñada por el protagonista de eta historia: cuando estás en un punto crucial de la historia no te das cuenta de que de hecho estás en un punto crucial de la historia.

 

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