De esta guisa amanecimos en Puerto de Mazarrón el pasado 20 de Febrero despues de haber sufrido por la tarde un misterioso maremoto que todavia hoy nadie es capaz de explicar.
La fuerza del oleaje zarandeó los barcos que había amarrados en el puerto pesquero como si fueran de juguete. El mar se lanzó sobre la orilla y cubrió de arena el paseo de Playa Grande. También dejó un rastro de piedras y algas en la carretera del Alamillo. Y algunos vecinos de Bolnuevo, temiendo que el agua entrara en sus casas, pensaron en refugiarse en la ermita, en el punto más alto de este poblado marinero. Cuatro días después, el misterio sigue envolviendo la repentina y potente marejada que el pasado viernes por la tarde, entre las cinco y media y las siete, golpeó la franja costera de la bahía mazarronera entre Bolnuevo y La Azohía.
El anómalo fenómeno causó cierta alarma, y muchos aún comentaban ayer extrañados el susto que se llevaron. La fuerte subida del mar sorprendió a un grupo de amigos que paseaba por la playa. “Fue algo muy raro. El agua llegó hasta las casas; como si la costa fuera golpeada por un pequeño ‘tsunami'”, comenta uno de estos vecinos que contemplaron en directo la gruesa y brusca subida del mar.
“El mar estaba como una balsa de aceite. Pero de repente se desató una fuerte marejada, aunque no soplaba viento. Rompió los cabos de proa de los barcos y hubo que moverlos a un sitio más seguro del puerto. Fue algo impresionante. Nunca había visto nada igual”, comenta Manuel Ballesta, presidente de la federación de cofradías. “Nos asustamos”, reconoce este curtido pescador. “Afortunadamente aún estábamos en la lonja y pudimos asegurar las embarcaciones; pero si esto llega a ocurrir a medianoche lo hace todo polvo. Las olas alcanzaron los siete metros de altura”, explica Ballesta.
El presidente de los pescadores también describe la situación como “un pequeño maremoto”. Pero esta hipótesis ya ha sido descartada por el Instituto Geográfico Nacional. En declaraciones a ‘La Verdad’, una portavoz explicó que ese día y a esa hora los sismógrafos no registraron ningún temblor de tierra en la zona, ni siquiera dentro del mar, que pudiera haber originado un ‘tsunami’.
El Servicio de Vigilancia de Costas no tenía constancia ayer de que se hubieran registrado daños. Eso sí, en El Portús (Cartagena) las olas alcanzaron varias viviendas dejando un rastro de agua y arena, según los vecinos. La agencia de Meteorología ha iniciado una investigación para intentar aclarar este fenómeno.
Protección Civil de Mazarrón realizó una batida para averiguar qué había ocurrido, tras recibir la llamada de algún vecino asustado. Lo primero que hizo Pedro Arias, responsable de este servicio, fue confirmar que no había náufragos. “Desde luego ocurrió algo anómalo, pero aún no sabemos qué pudo ser”. El responsable de emergencias recogió, en tres puntos distintos, tres relatos de testigos, uno de ellos el marinero del puerto deportivo, que coincidieron en señalar que dos grandes olas golpearon la costa. Sobre las siete de la tarde llegó la calma. Ayer, las brigadas aún limpiaban carreteras y paseos.